Hommer Kelley explica que hay dos maneras de empujar el palo.
La primera hace referencia a la fuerza muscular que un jugador puede emplear para empujar el palo. Sería doblar y extender el brazo dominante del jugador contra la bola. En teoría, sólo se puede emplear esta técnica para golpes donde la cabeza del palo no supere la cadera. Con un movimiento donde al cabeza del palo se sitúa por encima de la cadera hay que emplear necesariamente algo de rotación del cuerpo. En el libro se hace una comparativa entre este proceder y la utilización de un hacha.
La segunda manera de empujar el palo es mediante el giro del cuerpo. Es constante y no para el giro del cuerpo para liberar el palo hacía la bola.